Cuántas veces oigo a la gente decir: mi profesión no da dinero, voy a encontrar algo más rentable que hacer en la vida.
U otros que aún están al principio de sus carreras intentando encontrar algo que les dé dinero para trabajar el resto de sus vidas.
En realidad, lo que tengo que decir es algo muy sencillo: el dinero es la consecuencia del trabajo bien hecho. Y nunca puede ser la razón de tu vida.
Te explicaré por qué. Y para ello empezaré haciéndote una pregunta.
¿Cómo crees que sería una vida feliz?
Intenta imaginar una vida que creas que es extremadamente feliz. Piensa en ello desde que te levantas hasta que te acuestas.
¿Has pensado en ello? Ahora dime, ¿te imaginabas tu día dedicado sólo a gastar dinero sin pensar en el mañana?
¿O te imaginabas en la profesión de tus sueños, con un gran equipo, en una empresa que reconoce tu esfuerzo?
Si te fijas bien, llegarás a la conclusión de que el dinero no es la razón de la felicidad. Por supuesto, es esencial evitar los dolores de cabeza que traen la infelicidad.
Pero si ejerces una profesión pensando sólo en la remuneración económica, además de no tener una vida feliz, tendrás muchas posibilidades de no ganar dinero.
Tendrás éxito haciendo lo que te gusta
La única forma de tener éxito en tu carrera es hacer exactamente lo que te gusta. Lo que te hace brillar los ojos.
No hay profesión que no dé dinero. Hay médicos ricos, hay médicos medios. Hay ingenieros ricos, ingenieros pobres.
Hay abogados ricos, abogados pobres. Y aquí podría pasarme horas hablando de casos de profesionales de éxito y otros no tanto.
La verdad es que lo que diferencia a unos de otros es el amor que ponen en su profesión. Comprenda que pasa la mayor parte del día trabajando.
Por tanto, si no te gusta lo que haces, serás un profesional mediocre y, en consecuencia, no destacarás ni ganarás dinero.
No elijas una profesión basándote sólo en el salario
Por eso digo con toda la convicción del mundo: no elijas una profesión pensando únicamente en la remuneración que te puede reportar.
Cuando elijas tu profesión, piensa en lo que te gustaría hacer el resto de tus días. Elige algo que te proporcione un gran placer en la vida.
Imagina esa carrera en la que te levantas temprano con ganas de trabajar, lleno de ideas, de iniciativas, que te hace latir la sangre en las venas.
Puede estar seguro de que, aunque esta profesión no destaque en el mercado, usted sí lo hará. Al fin y al cabo, cuando amamos lo que hacemos, seremos los mejores en ello.
Y cuando seamos los mejores, se abrirán ante nosotros las mejores oportunidades. Así que, si tu profesión no da dinero, olvídala y céntrate en el amor que sientes por ella. El dinero es sólo una consecuencia. Y un día u otro, llegará.
