¿Te habrás dado cuenta de que cuando alguien empieza a juntarse con otras personas de éxito, también empieza a avanzar profesionalmente?
Incluso durante mucho tiempo hubo una gran superstición sobre la masonería, porque la mayoría de las personas que se unieron a la Orden tuvieron éxito.
Allí, la imaginación popular creó todo tipo de pensamientos posibles.
Sin embargo, la verdad es sólo una: nadie vuela alto por andar con hormigas. Si quieres volar, debes caminar con las águilas.
¿Qué significa esto?
Que una gran parte de la población tiene muchas creencias limitantes sobre el dinero. Sin que nos demos cuenta, están ahí en nuestro subconsciente limitando nuestra vida.
En todo momento nuestro subconsciente nos juega una mala pasada. Son pensamientos que nos agonizan y nos quitan la capacidad de volar.
Por ejemplo: esto es muy difícil, no tengo capacidad para hacer este trabajo, me cuesta mucho ganar dinero, si se hizo rico rápidamente, debe haber hecho algo malo.
Observa que estamos condicionados por pensamientos limitantes todo el tiempo. Y si nos juntamos con gente llena de pensamientos limitantes, nos veremos inundados por ellos.
Pocas personas saben volar
Si tienes la oportunidad de hablar con una persona de éxito, verás que su mente no tiene candados en lo que respecta al dinero.
Pero en la sociedad hay pocas personas así. Saben volar, y es con ellos con quienes hay que relacionarse, intercambiar ideas y entender cómo funciona su mente.
No es de extrañar que cuando alguien se une a los masones o empieza a juntarse con gente rica, también se haga rico.
Esto no ocurre porque alguien le haya dado dinero o algo totalmente oscuro a través de un pacto que sólo la creatividad de la población puede explicar.
La verdad es que al juntarte con personas exitosas, aprenderás lo que piensan, cómo actúan, verás que algunas creencias limitantes no las tienen y automáticamente ajustarás tu mente.
No tengas miedo de volar
Lo que tengo que decir es que no se puede tener miedo a volar. Al igual que cuando montas en bicicleta, te caerás las primeras veces al intentar tus primeros vuelos.
Eso es normal. Pero sigue intentándolo, no te detengas, no dejes que las creencias limitantes te hagan renunciar a lo que tanto deseas.
Si puedes soñarlo, puedes hacerlo realidad. Todo lo que existe hoy en el mundo fue una vez un sueño en la cabeza de alguien.
Ahora bien, si te quedas paralizado, caminando con las hormigas y viviendo una vida aburrida, no hay manera de que puedas volar. Por eso digo: ¿quieres volar? ¡Camina con las águilas!