Hoy es 23 de diciembre. Último día que escribo este boletín antes de que llegue la Navidad. Momento de reflexión interior.
No hay forma de pensar en la Navidad sin mirar en nuestro interior y ver cómo fue nuestra actitud durante el año pasado. ¿Fuimos mejores? ¿Peor?
Siempre en esta época del año intento hacer balance de qué sentimientos he podido mejorar y cuáles no he podido cambiar.
Creo que fijar objetivos profesionales e incluso financieros es muy importante para el año siguiente. Pero creo que mejorar nuestros sentimientos debe ser una búsqueda constante siempre cuando el año está a punto de cambiar.
Una página en blanco por escribir
Me gusta pensar en la vida como en un libro. Cada año es un nuevo capítulo, y cada capítulo tiene 365 páginas. Cada día es una página. Algunos capítulos tienen un final feliz, otros no tanto.
Siempre que empezamos un nuevo capítulo de un libro no sabemos lo que nos espera. ¿Un personaje morirá, se casará, conseguirá trabajo, será despedido?
Así es como veo el comienzo del año. Un capítulo sin nada escrito, y que depende de nosotros escribirlo de la mejor manera posible, para que sea un capítulo feliz.
Nadie está libre de las dificultades que puedan surgir. No sabemos cuándo puede surgir una enfermedad, un nuevo amor, un buen trabajo o una carta de dimisión.
Pero podemos controlar nuestros sentimientos para afrontar tanto los buenos como los malos momentos de nuestra vida.
Serenidad ante los acontecimientos
Mantener la serenidad ante los acontecimientos creo que es una de las mejores maneras de tener un año positivo al final.
Es normal que reciba buenas y malas noticias. Cuando todo va bien, evita extasiarse, evita creer que esto no es para siempre. Disfruta de la alegría, pero con serenidad.
Lo mismo ocurre en los momentos difíciles. Comprender que son lecciones de vida, necesarias para nuestra mejora moral.
Ahora, tan cerca de Navidad, echa la vista atrás y mira cómo fue tu año 2022. Haz balance de los acontecimientos y de cómo los has gestionado.
Fíjate que a muchos de ellos pudiste controlarlos, a otros no. Así que lo que importa al final no es el control sobre lo que está por venir.
Lo que realmente importa es la forma en que controlamos nuestros sentimientos ante los hechos de que lo malo o lo bueno sucederá inevitablemente en un momento u otro de nuestras vidas.
La inteligencia emocional debe ser una conquista diaria, una página que escribir cada día. Y así, cuando llegue el final del capítulo 2023 de tu vida, verás que ha merecido la pena. ¡Una Feliz Navidad de mucha luz!
