Todo el mundo sabe que soy un gran entusiasta del Jiu-Jitsu. Y una de las razones por las que aprecio tanto este deporte es su capacidad para salvar vidas.
Recientemente leí un artículo que muestra la historia de Rafael Gomes, un hombre de 34 años que nació en Mauá y actualmente vive en São Caetano do Sul.
Fue a través del Jiu-Jitsu que ganó una de las batallas más difíciles de librar: deshacerse del mundo de las drogas. Este es un buen ejemplo de cómo el deporte tiene la capacidad de cambiar su trayectoria.
El camino de las drogas
Rafael, como muchos otros jóvenes y adultos, encontró en el Jiu-Jitsu un arma para combatir la dependencia química. Hijo de un pastor evangélico, tuvo una conexión muy fuerte con la religión durante su infancia.
Sin embargo, cuando cumplió 17 años, conoció a algunas personas que lo influenciaron para ingresar al mundo de las drogas. Todo comenzó con el alcohol.
Empezó a beber socialmente hasta que conoció la cocaína. En la entrevista con el portal São Caetano Digital, menciona que al principio era algo casual, pero luego comenzó a usar la droga de forma continua.
Como era un joven bastante tímido, las drogas lo volvieron aún más retraído e introvertido, lo que lo hizo aún más distante de sus padres y hermanas.
El cambio en tu vida
Rafael tocó fondo y fue en 2014 cuando su vida empezó a cambiar. Conoció una comunidad terapéutica, en Bauru-SP, y estuvo internado siete meses.
Luego se enteró de un proyecto de rehabilitación de una iglesia en Ribeirão Pires, y ese fue su primer contacto con el Jiu-Jitsu. Sin embargo, fue recién en marzo de 2020 que comenzó a pelear por invitación del pastor de la iglesia a la que asistía.
Desde que comenzó en el deporte, Rafael todavía tuvo algunas recaídas, pero fue el Jiu-Jitsu lo que lo detuvo en ese momento. Su esposa dice que a menudo pasaba el día deprimido, pero cuando llegaba el momento de entrenar, siempre se preparaba para ir.
Dijo en el artículo que el Jiu-Jitsu le salvó la vida a diario. Incluso ganó su primera medalla en una competencia en julio.
Inspiración para otros
La historia de Rafael es una de esas historias que nos inspiran, y que demuestra cómo el Jiu-Jitsu, como cualquier otro deporte, puede salvar vidas.
Sobre todo porque cuando practicamos un deporte queremos tener una vida más sana, valoramos más la disciplina y tratamos de ser mejores cada día.
Seguro que muchos deportistas se identifican con Rafael. Y que gracias al deporte, hoy buscan una vida mejor y más productiva.
Es por historias como esta que invierto en el deporte, y creo que puede ser la puerta de entrada para transformar el mundo en un lugar mucho mejor. ¿Estás de acuerdo?