Hace unos años empecé a practicar Jiu-Jitsu. Al principio, mi idea era hacer deporte para cuidar mejor mi salud.
Sin embargo, lo que no esperaba era que este deporte me afectara profundamente. No sólo físicamente, sino también emocionalmente.
Hoy veo cómo ha contribuido a cambiar mi forma de ver el mundo y cómo me ha ayudado a convertirme en una persona con más inteligencia emocional.
Las enseñanzas del deporte van mucho más allá y pueden adoptarse prácticamente en todos los ámbitos de nuestra vida. De lo personal a lo profesional.
Concentración, atención y disciplina
Entre las enseñanzas que he aprendido a través de la práctica del Jiu-Jitsu, la concentración, el enfoque y la disciplina son, sin duda, las que más destacan.
Siempre he sido una persona muy centrada en lo que hacía, pero es impresionante cómo el deporte nos hace centrarnos mucho más en lo que queremos.
En el momento de un combate no hay lugar para la dispersión. Cualquier falta de concentración puede ponerlo todo en peligro. Y lo llevé a mi vida diaria.
Hoy, cuando realizo una tarea, intentó tener la misma concentración y enfoque que en una pelea. El resultado del trabajo puede observarse fácilmente.
Y la disciplina que nos aporta el deporte es también algo fundamental en nuestras vidas. Puedes tener un gran talento, ser una persona muy inteligente, pero si no tienes disciplina, difícilmente crecerás en la vida.
Respeto del adversario y ayuda mutua
Otra gran lección que me aportó el Jiu-Jitsu fue el respeto por el oponente y la ayuda mutua. Antes de practicar este deporte confieso que veía a mis competidores de otra manera.
Era como si se tratara de una profunda competición. Hoy ya no lo veo así. Veo que son otros actores en el mismo mercado, cada uno intentando su lugar bajo el sol.
Por eso entiendo que hay sitio para todos y que, aunque luchemos por una cuota de mercado, lo que cuenta es el respeto y ayudar al adversario.
Un adversario en una pelea no es un enemigo, como tampoco lo es un competidor. Por eso, cuando empecé a practicar Jiu-Jitsu, empecé a ver a mis competidores de otra manera.
Aprendizaje y desarrollo continuos
Por último, no podía dejar de mencionar el aprendizaje y el desarrollo continuos. Al fin y al cabo, el deporte demuestra que siempre tendrás que aprender y que nunca lo sabrás todo.
E incluso cuando estés en situación de maestría, tendrás mucho que aprender de tus alumnos. En ningún momento puedes creer que lo sabes todo.
Esto es válido para todas las áreas de nuestra vida, porque cuando nos ponemos en la condición de aprendices, comenzamos a desarrollarnos todo el tiempo, buscando nuevos aprendizajes cada día.
