La época en la que el autoritarismo se veía con buenos ojos ha pasado. Hoy hay que luchar en las empresas, en las familias e incluso en la política.
Estamos viviendo una nueva era, en la que la cooperación es la consigna. Los jefes autoritarios son cada vez más raros en las organizaciones.
Al fin y al cabo, un buen líder no es el que impone su idea, sino el que sabe crear un entorno empresarial participativo, dando voz a todos.
Un padre autoritario hoy sólo podrá crear un hijo enojado y poco creativo. Porque la nueva generación ya no acepta una orden sin entender el motivo.
El diálogo como forma de resolver los problemas
El mundo tardó mucho en consolidar la democracia. Este régimen dista mucho de ser ideal, pero es sin duda el mejor que ha creado la sociedad.
Por lo tanto, debería ampliarse a todas las instituciones. Dentro de una empresa debe prevalecer el régimen democrático, porque es el que dará mejores resultados.
Por ejemplo, si el jefe cree que el mejor camino es el que él señala, pero la mayoría de los empleados piensa que el mejor camino es otro, lo correcto es guiarse por la mayoría.
¿Sabes por qué? Es muy probable que la mayoría de los empleados represente también a la mayoría de los clientes. Y las posibilidades de que eso funcione serán mucho mayores.
Un entorno de trabajo represivo que no da voz a los empleados inhibe la capacidad creativa y absorbe la energía de los empleados.
Esto también ocurre en el entorno familiar, donde los padres, en lugar de dialogar con sus hijos, imponen sus condiciones como una verdad absoluta.
La capacidad creativa de las personas
Cuando hay un ambiente de trabajo participativo, se estimula la creatividad de las personas. Y esta creatividad se utiliza para aumentar el beneficio de la propia empresa.
Nadie puede despertar la creatividad frente a la represión. Pero cuando el líder se sienta con sus subordinados, sugiere ideas y pide opiniones, el pensamiento libre fluye.
Es este pensamiento libre el que hace surgir nuevos puntos de vista sobre un mismo tema, y cuando se debate de forma civilizada, se encuentra el mejor camino.
La construcción de ideas a través del diálogo da lugar a nuevos productos no pensados anteriormente. Sin embargo, el respeto a las opiniones divergentes no puede quedarse sólo en el ámbito empresarial.
Debe extenderse a toda la sociedad. Y no hay más espacio para el autoritarismo y la intolerancia a las opiniones divergentes.
El mundo se convertirá en un lugar mejor a medida que aumente el respeto por todos, independientemente de que sus ideas sean las mismas que las nuestras. ¿Está de acuerdo? Luego compártelo con todos tus amigos en tus redes sociales.